El motor de búsqueda recoge más de 30 millones de millones de páginas, maneja alrededor de 100 millones de gigabytes, recibe unos 100.000 millones de búsquedas mensuales y está en constante crecimiento. Re calcular y ordenar este material se produce a través del crawling, que recorre las diferentes páginas. Los propietarios de los portales pueden decidir si su contenido se rastrea o no.
Google ordena las páginas en función del contenido y otros factores mediante una serie de fórmulas matemáticas que ofrecen el mejor resultado posible. Esos algoritmos pone manos a la obra al motor de búsqueda para traducir lo que el usuarios pretende encontrar. Así que mediante diversas funcionalidades como la corrección de errores ortográficos, la proporción de alternativas de búsqueda o el autocompletado se acota la búsqueda.
Basado en esos parámetros se devuelve un ranking de resultados usando más de 200.000 variables. Nuestros algoritmos están cambiando constantemente. Estos cambios empiezan en la mente de nuestros ingenieros. Toman ideas y realizar experimentos, analizan los resultados, ajustan y las ejecutan una y otra vez.
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